
El año pasado pasaron demasiadas cosas en mi vida. Un año eterno, sin duda. Malo y bueno. Mejor dicho... bueno y malo. Ya va siendo hora de aplicarme el ejemplo que predico a todas horas...
Está claro que un "todo irá bien" nunca viene mal, pero gana en consistencia si realmente te lo crees cuando lo dices. Y sí: quiero que todo el mundo esté bien a mi alrededor, que todos sean felices y que todo esté en orden. No lo puedo controlar todo, pero quizás sea hora de empezarme a controlar primero a mí para controlar, después, que todo a mi alrededor esté bien, que todos sean felices y que todo esté en orden... No es mucho pedir para el 2009. Prometo que me esmeraré y que me tomaré ciertas cosas de la vida con más calma, por lo menos, las cosas que a veces me hunden. Intentaré que las puñaladas y las patadas que vengan luego vayan tan atrasadas que no me alcancen.
Y escuchar más música. E ir a más conciertos, ya sea pagando cantidades astronómicas o yendo sola porque nadie me quiere acompañar o "conciertear" en salas pequeñas o... lo que sea. En 2009, de momento, me esperan Rafa Pons, The Script, The Killers y Coldplay... y no tengo previsto ninguno más. Ya irán surgiendo, no problem.
Y más viajes.
Y más ilusión.
Supongo que antes de fugarme un par de días a Cuenca haré una valoración más concreta del 2008. Un año más pero nunca un año cualquiera. En el 2009 llegan los dos patitos.
No comments:
Post a Comment